La actriz inglesa sorprende con este complejo personaje que le ha valido su segunda nominación al Oscar. Hablamos con ella de su pasado, de lo próximo con Bradley Cooper y de esta película poderosamente feminista, que opta a cinco estatuillas.
Una joven prometedora, Se trata de una trama feminista y audaz que transita entre la comedia romántica indie, los reencuentros de instituto y la sensación de que en algún momento se puede producir un baño de sangre. La directora lo explica así: “Quería escribir una película sobre cómo una mujer normal llevaría a cabo una venganza en el mundo real. Y raramente sería agarrando una pistola.
Es más complejo y retorcido que eso”. Esa mujer es Carey Mulligan, que ha manejado con precisión el difícil equilibrio en el que se mantiene su personaje y que le ha valido su segunda candidatura a los Oscar, que se entregan el 25 de abril. Una joven prometedora opta también a Mejor Película, Dirección, Guion Original y Montaje en la 93.a edición de los Premios de la Academia.
Debut como productora.
Mulligan afronta su particular Sin perdón, donde tras un suceso traumático se autoimpone la misión de vengar el dolor causado. “Normalmente me planteo si hacer o no un papel tratando de imaginar a otra actriz interpretándolo.
Si soy capaz de verla, entonces no lo hago. Sin embargo, la idea de pensar en otra persona siendo Cassie me cabreaba y me ponía nerviosa”, dice sobre su personaje, a veces cándido, como muchos de sus trabajos anteriores, a veces maquiavélico, casi siempre desconcertante y profundamente herida. Además ejerce de productora ejecutiva, junto a la propia Emerald Fennell y Margot Robbie.